El nuevo plan económico, que debe sustituir a la fallida estrategia de Lisboa, busca recuperar un crecimiento anual del 2% del PIB tras el desplome provocado por la crisis económica y financiera, que ha reducido el potencial a menos del 1%.
La Comisión había propuesto cinco objetivos prioritarios. En primer lugar aumentar la tasa de empleo de la población entre 20 y 64 años del actual 69% al 75% en 2020. Los líderes europeos aprueban este objetivo y resaltan que se deberá lograr con "una mayor participación de las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de mayor edad, y mejorando la integración de los migrantes legales", según se recoge en el borrador de conclusiones.
Los 27 aprueban también el segundo objetivo propuesto por Bruselas, que consiste en incrementar el nivel de inversión en I+D hasta el 3% del PIB en 2020, una meta que ya figuraba en la estrategia de Lisboa y que no se ha logrado. No obstante, los líderes europeos piden además al Ejecutivo comunitario que elabore "un indicador que refleje la intensidad de la I+D y de la innovación".
La nueva estrategia económica de la UE incluirá en tercer lugar los objetivos ya acordados de lucha contra el cambio climático: reducción de las emisiones del 20%, ahorro energético del 20% y cuota de renovables del 20%.
Los líderes europeos están de acuerdo en que la cuarta de las prioridades del plan 2020 debe ser mejorar los niveles de educación. No obstante, no respaldan de momento la propuesta de Bruselas, que pedía reducir la tasa de abandono escolar del 15% de media actual (en España el doble) a menos del 10% de aquí a 2020, y en aumentar la cuota de población entre 30 y 34 años que ha completado la educación terciaria (tanto la universitaria como la no universitaria) del 31% al 40%. Y aplazan la decisión a junio sobre todo por las presiones de Alemania, que ha alegado que necesita más tiempo para discutir con sus estados federados.
El indicador más novedoso que proponía la Comisión y el que ha generado más rechazo entre los Estados miembros tiene que ver con la pobreza. El Ejecutivo comunitario quería que en los próximos años el número de personas que viven en la UE por debajo del umbral de la pobreza se reduzca en 20 millones, un 25% del total actual.
Los líderes europeos no asumen este objetivo y señalan que "es necesario seguir trabajando sobre el indicador apropiado". El Consejo Europeo volverá a estudiar esta cuestión en su sesión de junio de 2010.
La falta de acuerdo amenaza con retrasar el objetivo de la presidencia española de aprobar la nueva estrategia en junio incluyendo ya los objetivos nacionales que establecerá cada Estado miembro a partir de los indicadores comunes teniendo en cuenta sus respectivas posiciones de partida y sus circunstancias nacionales.
Pese a que el fracaso de Lisboa se atribuye a la falta de mecanismos para forzar su cumplimiento, los 27 tampoco aprueban sanciones para los países que no respeten los objetivos económicos, tal y como había sugerido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
No obstante, sí que se reforzarán los mecanismos de cooperación económica entre los Estados miembros. Para ello, Bruselas enviará recomendaciones a los países incumplidores e incluso advertencias políticas para que modifiquen su política económica como se ha hecho recientemente con Grecia. Los líderes europeos realizarán una evaluación anual de los avances realizados, tanto a escala nacional como de la UE.