Sorel, autor prolífico y secretario general de la Asociación de Escritores de España, ha comentado a Efe que el propio Gamoneda ya conoce el trabajo y está entusiasmado: “No sé si soy yo o me has inventado, pero en todo caso me has interpretado como yo no me interpreto”, le dijo Gamoneda al terminar de leer el texto.
“Pasarían muchos años antes de que lograra comprender las razones que obligaban a los trenes, determinados trenes, a detenerse en aquel lugar; interpretar las causas que les impedían alcanzar su término, la estación de León, situada a un centenar de metros de distancia. Eran trenes cargados de presos”.
Alternando sus escritos con conversaciones y poesías de Gamoneda, Sorel se adentra en el autor a través de diez epígrafes: Trenes, Madrugadas, Lecturas, Amores, Poesía, Nieves, Tristezas, Palabras, Pobreza y La Nada, última de las partes y “la más dolorosa porque nos acerca inexorablemente a la muerte”, ha dicho Sorel.
Para el autor, el poeta se halla en plenitud creativa, tras dos años de parón impuesto por las circunstancias del Premio Cervantes: “Ha vuelto a escribir... sigue activo y sigue siendo un poeta extraordinario, con la poseía quizá más existencial y más reflejo de su concepto de la vida, y con un lenguaje propio y profundo”.