Después de casi cinco años de alejamiento a raíz de la retirada de las tropas españolas de Irak en abril de 2004, el Ejecutivo español está convencido de que las relaciones bilaterales pueden dar ahora un salto cualitativo y destaca la buena sintonía entre Rodríguez Zapatero y Obama, puesta de relieve en la conversación telefónica que mantuvieron tras la victoria electoral del demócrata.
En aquella ocasión, el presidente electo informó a Rodríguez Zapatero de que su vicepresidente, Joe Biden, realizaría tras su investidura una gira por Europa, en la que tenía interés en incluir a España.
En los últimos días, el presidente del Gobierno ha animado a “ayudar a Obama para que él pueda ayudar a todos” y cree que la crisis económica internacional puede durar menos de lo previsto si la nueva Administración de EEUU genera confianza.
En este contexto, el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero resalta las coincidencias en importantes aspectos de la política económica y, concretamente, los elogios dedicados por Obama a España como un ejemplo en materia de energías renovables.
El jefe del Gobierno español está seguro de que mantendrá una buena relación personal con Obama, aunque habrá que esperar “un tiempo razonable” antes de que se concrete su primera reunión con el recién investido presidente de EEUU, en la que desea conversar “a fondo” sobre los principales conflictos internacionales y la situación en América Latina, con un interés específico en Cuba.
Con independencia de la fecha de esa primera entrevista, ambos tendrán ocasión de verse el 2 de abril en Londres si la diplomacia cierra la participación de España en la cumbre del G-20 que acogerá la capital británica, una reunión en la que se revisarán los compromisos adquiridos en noviembre en Washington.
Zapatero nunca llegó a entrevistarse con Bush, pese a la etapa de distensión que favoreció su último embajador, Eduardo Aguirre, quien se esforzó en aislar el desencuentro sobre Irak para normalizar las relaciones bilaterales.
Otro de los escenarios en los que España ve posibilidades de avance tras la llegada de Obama a la Casa Blanca es el de la crisis de Oriente Próximo, ante la que Rodríguez Zapatero ha reclamado a la nueva Administración de EEUU “un nuevo enfoque, más comprometido y dinámico”.
En todo caso, el relevo de Bush por Obama ha sido recibido por el Gobierno español con satisfacción y esperanza, desde el convencimiento de que el cambio abrirá una etapa más positiva en las relaciones bilaterales.