La ausencia de lluvias durante el último año está pasando factura a las reservas de agua en Jaén. El embalse del Quiebrajano, que es el que aporta el agua a la capital, se encuentra al 60,09% de su capacidad, según datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.
En el último año y medio, el embalse ha perdido más de un 30% de su capacidad, habiendo disminuido en torno a los veintiséis puntos porcentuales menos.
Ayer el embalse se encontraba con un cota de 773 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m), con un volumen de embalsado de 18,98 hectómetros cúbicos (hm3). La diferencia, respecto a la misma fecha del año pasado es mínima, se nota en el volumen de embalsado, con 27,24 hm3.
La capacidad es superior a la del Quiebrajano en otros embalses de la provincia jienense. El que mayor capacidad mantiene durante el presente mes de julio es el Guadalmena, a más del 77% de su capacidad; seguido del Tranco de Beas (66,21%) y del Rumblar (64,63%).
Y es que éste último ha sido uno de los inviernos más secos de las últimas décadas y Jaén también se ha visto resentida. No sólo en su cultivo fundamental, el olivar, sino también en sus reservas de agua, que estaban en los niveles más altos tras tres años consecutivos de intensas precipitaciones. El pantano del Quiebrajano ha llegado a niveles de capacidad de un 89,9 por ciento.