El segundo acelerador lineal de electrones del Complejo Hospitalario de Jaén "cuenta ya con la autorización" de Seguridad Nuclear, de manera que está más cerca la puesta en funcionamiento, "a la mayor brevedad posible", de una instalación que permitirá mejorar el tratamiento a pacientes con distintos tipos de cáncer.
En declaraciones a Europa Press, la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Ángeles Jiménez, ha explicado que hace unos días se recibió "el permiso del servicio de Radiofísica del Consejo de Seguridad Nuclear", un "requisito legal" que es fundamental para esta clase de equipamientos.
Además, se está impartiendo la formación tanto teórica como práctica a los profesionales que manejarán este equipo de alta tecnología. Por ello y aunque ha preferido no precisar fechas, Jiménez ha resaltado que "a la mayor brevedad posible" comenzará a funcionar el nuevo acelerador, ubicado en el Hospital Médico-Quirúrgico.
"Estamos ya al final del proceso; es una muy buena noticia", ha valorado la delegada, quien ha resaltado que mejorará la atención a los pacientes que sufren determinados tipos de cáncer, ya que aumenta la precisión de las imágenes y permite la radioterapia guiada, de modo que una de sus ventajas fundamentales es que "consigue no dañar tejidos sanos" cercanos al tumor. Además, evitará derivaciones a otros centros sanitarios, como hasta ahora sucede. para recibir sus tratamientos.
La implantación de este equipamiento supone una inversión de 1,9 millones de euros por parte de la Junta de Andalucía, de los que 448.315 euros se han destinado a la construcción del búnker que lo albergará. Este nuevo acelerador de última generación será el segundo del Complejo Hospitalario de Jaén, lo que disminuirá el número y mejorará la calidad de los tratamientos dispensados en el actual, y se unirá también a una bomba de cobalto que cuenta ya para el tratamiento de las enfermedades oncológicas.
El uso de esta nueva dotación asistencial está indicado para tumores malignos en la cabeza y el cuello, la próstata, el útero y el sistema nervioso central, además de las mamas, el recto, la vejiga y los pulmones. Permite también un tratamiento del cáncer con una mayor precisión y, por tanto, consigue no dañar los tejidos sanos de los pacientes.