Chris Froome, ganador del Tour de Francia, señaló tras bajar del podio que su segunda victoria en la "Grande Boucle" había sido "muy difícil tanto encima como fuera de la bicicleta".
"El Tour es una carrera muy difícil, tanto sobre la bicicleta como fuera de ella. He tenido dificultades hasta el final, claro, pero así es el ciclismo y así es esta carrera", comentó.
Froome explicó sus sentimientos nada más cruzar la línea de meta con todo el equipo Sky unido.
"¿Qué puedo decir?", Estoy muy emocionado. Esta carrera es muy grande, tal vez demasiado. Al pasar la línea de meta con mis compañeros se me han juntado muchos sentimientos", dijo.
Sobre el ambiente hostil que ha encontrado por las sospechas de dopaje que le han costado incluso agresiones en carrera por parte de algunos espectadores, Froome dijo que le pareció algo "difícil de creer".
"Ha habido momentos de mucha tensión, no me lo podía creer, pero estas cosas pasan en el ciclismo de 2015", concluyó.
A pesar de los momentos duros, Froome se mostró agradecido a los aficionados.
" Gracias a los aficionados, creo que se abre una nueva era en el ciclismo, el maillot amarillo es especial y ahora conozco su lado bueno y malo. Esta prenda nunca la maltrataré y siempre estaré orgulloso de haberla vestido", afirmó.
Finalmente, el campeón de Tour se refirió a su equipo y entorno más próximo.
"Estoy agradecido a todo el equipo Sky porque me han permitido superar los momentos difíciles del Tour. Especialmente a Brailsford y Kerrison (director, y preparador físico respectivamente). Y también gracias a mi esposa. Espero la nueva era que se va a abrir", dijo Froome, quien será padre en los próximos meses.