La ministra austríaca del Interior, Johanna Mikl-Leitner, calificó hoy de "difícil de entender" y "no satisfactoria" la política de Hungría hacia los refugiados.
Además, la cooperación con el país vecino es "extremadamente difícil", dijo la ministra a la prensa en la estación de trenes Westbahnhof de Viena, donde este mediodía fue a saludar a los miles de refugiados que habían llegado hasta allí después de pasar días y semanas sin poder salir de Hungría.
El Gobierno del país vecino volvió hoy a rechazar las cuotas obligatorias de refugiados que la Comisión Europea ha propuesto introducir para lograr un reparto justo de la carga migratoria, algo que respaldan Austria, Alemania y Francia.
"Es importante encontrar una fórmula para repartir a los refugiados entre todos los países de Europa. También es importante mejorar los campos de refugiados en los países cercanos a la crisis, para que los refugiados puedan quedarse allí y mejorar su vida", subrayó Mikl-Leitner.
"Los gobiernos que se rigen por criterios egoístas o de política nacional deben entender que ningún país puede asumir sólo esta tarea hercúlea, se necesita más Europa, a todo el continente para dar una respuesta", añadió.
Y, en alusión a la valla alambrada construida por Hungría en su frontera con Serbia, advirtió: "Nadie puede creer que puede darse una discusión sobre cómo proteger a Europa con alambre de espino o el levantamiento de fronteras físicas, esa no es la solución".
El Gobierno húngaro decidió anoche, pocas horas después de que el Parlamento aprobase una ley que castiga con cárcel a las personas que cruzan las fronteras de forma ilegal, trasladar a miles de refugiados a la frontera con Austria.
"Los datos son que 6.500 refugiados ya han llegado y que unos 2.200 ya están en camino a Alemania", dijo Mikl-Leitner.
Hacia la medianoche de ayer, Austria y Alemania dieron luz verde al acceso de estos refugiados a sus territorios, pero solo como una medida excepcional, ante lo que consideraron "una situación de emergencia".
La noticia cundió por toda Hungría y hoy cientos de refugiados abandonaron los centros de acogida donde estaban recluidos y se pusieron en marcha, a pie o en tren, hacia la frontera occidental.
"Por ahora no sabemos cuántas personas se dirigen hacia Austria desde Hungría", indicó la ministra.
Confirmó que "la mayoría quiere seguir a Alemania, pese a que les proponemos que soliciten asilo aquí".
"Muchos ya tienen en Alemania amigos o familiares y lo aceptamos. La Policía no va a actuar con ningún tipo de violencia y hemos pedido la mayor sensibilidad y proporcionalidad", añadió.
Dijo que de momento no podía estimar durante cuánto tiempo permanecerán abiertas las fronteras con Hungría y Alemania para el paso de refugiados.
Estos recibieron a la ministra en la estación de tren con cálidos gestos y palabras de agradecimiento, y varios refugiados le pidieron hacerse una autofotografía ("selfie") con ella.