Clinton indicó que la mayor parte del dinero, 100 millones de dólares, partirá del Departamento de Estado, mientras que el resto será aportado por el Pentágono.
Esos fondos se sumarán a los 60 millones de dólares que EEUU ya anunció el año pasado en ayuda humanitaria a Paquistán.
Según la secretaria de Estado, ayudar al país del sur asiático no sólo es una obligación humanitaria sino un imperativo para la seguridad mundial.
En este sentido, instó a la comunidad internacional a sumarse al esfuerzo para ayudar a los desplazados por los combates de las fuerzas paquistaníes contra militantes talibán en la región noroeste.
"El avance del extremismo es una amenaza contra nuestra seguridad", indicó Clinton.
El anuncio se produce después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, se reuniera a principios de este mes con el presidente paquistaní, Asif Zardari, y el líder afgano, Hamid Karzai.
Obama presentó en marzo una nueva estrategia para ambos países que incluye el aumento de la ayuda a Paquistán para que esa nación pueda hacer frente mejor a la amenaza talibán.
Clinton resaltó que con el anuncio de ayer el Gobierno de EEUU demuestra que el presidente estadounidense está "decidido a que nuestras palabras se correspondan con nuestros actos".
En total, 20 millones de dólares se destinarán a la adquisición de generadores, tiendas de campaña y equipos de primeros auxilios.
Otros 58 millones de dólares se destinarán a la compra y envío de alimentos, especialmente trigo, lentejas o guisantes secos.
Un centro de respuesta a las emergencias humanitarias recibirá 12 millones de dólares, y otros 10 millones se emplearán para responder a situaciones de emergencia declaradas por las Naciones Unidas.
Por su parte, los 10 millones de dólares que aportará el Departamento de Defensa se emplearán en la compra de comida preparada según los preceptos musulmanes, camiones para el reparto de agua y tiendas de campaña equipadas especialmente para el clima muy cálido.
Más de 130.000 personas se aglomeran en el norte de Pakistán en tiendas de campaña sufriendo temperaturas de casi 50 grados.
El avance de los talibán al valle de Buner, a apenas 100 kilómetros de Islamabad, hizo que las Fuerzas Armadas paquistaníes lanzaran una gran ofensiva en el norte del país, centrada en el vecino valle de Swat.
Eso precipitó la huida de casi 1,5 millones de civiles, según cálculos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).