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26/05/2024
 

Lo que queda del día

¿El deportista mejor pagado?

  • Fernando Alonso cambiará pronto el mono blanco de Renault por el deseado rojo de Ferrari
Tengo un amigo que es firme candidato a sustituir a Antonio Lobato como comentarista de la Fórmula 1 en La Sexta. Lo sabe todo de los equipos, de los corredores, de los inversores, de las estrategias. Da gusto tenerlo al lado durante una carrera para saber con certeza qué es lo que está pasando. Su admiración por Fernando Alonso carece de toda duda -tanto como su animadversión por Hamilton-. Pero hay algo en lo que no estamos de acuerdo.

Según mi forma de entender el deporte, ni las motos ni los coches forman parte del ámbito deportivo. Son competiciones, nada más. El me ha ilustrado sobre el esfuerzo físico de cada piloto, sobre su preparación mental y estratégica, sobre sus inalcanzables cualidades. Pero no, lo siento. Mientras un deportista dependa de lo que haga una máquina, para mí, eso no será un deporte. Y en este sentido, tampoco Alonso me parece el deportista mejor pagado; sólo alguien muy bien pagado por ganar una competición. Eso sí, celebro que sea español.

Madrid 2020
Qué vergüenza de los que han esperado a que el COI anunciara la elección de Rio de Janeiro como sede de las Olimpiadas de 2016 para arremeter contra Gallardón y el Comité Olímpico Español. Si ésa era su opinión la podían haber compartido con todos los demás antes de que se produjese el fallo definitivo, ¿o acaso se avergonzaban de formar parte de ese 15% de los madrileños que no había mostrado su apoyo en firme por la candidatura? Es más, ¿acaso temían perder algún tipo de beneplácito caso de que Madrid se hubiese impuesto en la votación final? Frente a la cutrez de los presuntos insobornables, el ingenio de algún avispado internauta ha puesto ya nombres y apellidos al lema de un probable Madrid 2020: “Tenemos una cabezonada”. Al menos ha tenido el sentido del humor que le ha faltado a los inmaculados librepensadores de la capital.

El virus de Nadal
Tan bien acostumbrados nos tenía el manacorí, que no hay forma ahora de explicar o entender la ausencia de nuevos títulos en sus vitrinas. Alguien podría achacarlo a algún tipo de virus que afecta a los tenistas españoles y que les imposibilita permanecer excesivo tiempo al frente del ranking del tenis mundial. Pero en el caso de Rafa Nadal están interviniendo más factores, y no exclusivamente los de carácter físico. Puede que Nadal esté perdiendo sus encuentros a causa de la espalda o la rodilla, pero más allá queda la duda sobre la consistencia mental del campeón, que hasta ahora había sido la clave de su éxito.

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