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Lunes 27/05/2024
 

Valores cívicos sí, moral no

Después de años de polémicas y diferencias de estudios entre unas comunidades y otras, el Supremo ha valorado en dos días y medio que la objeción de conciencia no es legal ante EpC...

Después de años de polémicas y diferencias de estudios entre unas comunidades y otras, el Supremo ha valorado en dos días y medio que la objeción de conciencia no es legal ante EpC. Por fin se puede establecer un criterio para todos los niños en España, y no es otro que la obligación de las comunidades de impartir la materia y la de los padres de llevar a sus hijos a estas clases. Y será así porque no se vulneran derechos fundamentales con ella, según establece el Supremo. A la espera de conocer la sentencia completa, se ha podido saber que los contenidos y los profesores sí podrán ser motivo de denuncia u objeción. Es decir, que se puede afirmar que la asignatura en sí misma no está en contra de la ley, pero lo que se haga con ella sí puede vulnerar el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a su expreso deseo. Después de tanta gresca, de insultos y pataleos, de persecuciones, de sentencias discrepantes, de dinero gastado, de perjuicios para los pequeños, sólo cabe impartir la Constitución Española, algo a lo que ningún padre objetor se opone. Por desgracia, EpC sirvió para abrir la puerta a otras cuestiones, que están ahí, en los libros, y que los magistrados no han querido valorar. Por desgracia, la asignatura sólo ha servido para que los partidos y una parte de la sociedad afines a ellos por partes iguales vuelvan a dividir interesadamente a la comunidad en contrarios a EpC como conservadores y radicales católicos y favorables a ella como rojos progresistas. Esta simplicidad de ideas impide un debate serio sobre los contenidos y, por supuesto, niega toda opción de que estos sean acordados dentro de un marco común. La gran cuestión es si las comunidades autónomas impondrán los contenidos y tratarán de usarlos para construir la moral de los jóvenes, como se ha denunciado y como se intuye al ojear algunos manuales, o si bien se respetarar el espíritu de la sentencia del Supremo y se eduque en valores cívicos. Después de esta disputa que ha tenido más de política que de real, sólo queda enseñar la Constitución y los Derechos Humanos, pero no moral.

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