Según relató uno de los agredidos, Antonio Parreño, corresponsal de TVE, y como pudo constatar Efe, decenas de personas se abalanzaron sobre él y sobre otro de los periodistas, Eduardo Marín, de la Cadena SER, cuando intentaban tomar fotos del enorme revuelo desatado en la sala tras la aparición de los acusados, que coreaban consignas independentistas.
"Estaba grabando un vídeo y sacando fotos, al igual que hacía la mayoría del público en la sala, cuando alguien me agarró por detrás para quitarme la cámara. Me he resistido y entonces me han empezado a pegar decenas de personas", dijo Parreño.
Parreño explicó que recibió patadas, un puñetazo que le rompió las gafas, le escupieron y también sufrió alguna pedrada en el exterior del tribunal, aunque añadió que se encuentra bien.
Agentes de la Policía marroquí sacaron a Parreño de la sala para protegerlo de los golpes, y lo trasladaron a otras dependencias del tribunal, de donde ya ha salido.
Por su parte, Marín fue trasladado también por agentes de Policía a otra instancia del tribunal, donde fue retenido durante más de una hora, en la que se le obligó a borrar las fotos que había sacado y le tomaron declaración, según relató él mismo a Efe poco después de ser puesto en libertad.
El cónsul de Casablanca, Carlos de Lojendio, ha llegado al tribunal para interesarse por el estado de los periodistas agredidos, así como de los observadores internacionales (entre ellos varios españoles) que se encontraban en la sala para presenciar la vista.
Uno de ellos, el magistrado Javier Martín, indicó a Efe que "la vista ha sido lamentable", en referencia a los actos de violencia entre los fiscales y otros abogados marroquíes presentes y los observadores, periodistas y activistas saharauis.
La Policía también requisó seis o siete cámaras de observadores internacionales para borrar las fotos que estos habían hecho de los incidentes, señaló a Efe el abogado español Luis Mangrané.
En la sala, llena a rebosar con unas 200 personas, partidarios de la marroquinidad del Sahara agitaban banderas de su país, retratos del rey Mohamed VI y libros de historia mientras gritaban consignas como "Queremos Ceuta y Melilla" o "Viva el País Vasco".
Tras el enorme revuelo causado por la agresión y por los enfrentamientos entre pro marroquíes y simpatizantes saharauis, el tribunal decidió suspender la vista contra los activistas, acusados de "atentar contra la seguridad del Estado", hasta el 14 de diciembre.
En las últimas semanas, los corresponsales españoles en Marruecos han sido objeto de duras críticas por parte de autoridades y medios de comunicación marroquíes por lo que consideran una cobertura "parcial" del conflicto en Sahara Occidental.
El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taib Fasi Fihri, acusó el miércoles en Madrid a la prensa española de distorsionar la realidad de su país y del contencioso sobre el Sahara Occidental, en lugar de hacerse eco de las buenas relaciones con España.