Miembros de Izquierda Unida, con su candidato a la Alcaldía Daniel González Rojas a la cabeza, han guardado este domingo un minuto de silencio, a las puertas del Ayuntamiento de Sevilla, por los cuatro trabajadores que han perdido la vida en el accidente aéreo del A-400M ocurrido este sábado mientras realizaba pruebas en el aeropuerto de San Pablo.
Al término de la concentración, en la que también ha estado el diputado de IU por Sevilla, José Luis Centella, González Rojas ha indicado que su formación política y él personalmente han cancelado todas sus actividades de campaña previstas para este domingo, al tiempo que ha reiterado su apoyo a las familias y amigos de los trabajadores fallecidos y ha deseado “toda la suerte” a los heridos en el accidente.
Tras recordar que IU lleva muchos años convocando minutos de silencio en Plaza Nueva al día siguiente de que un trabajador andaluz muera durante su jornada laboral, cumpliendo así con un acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de 2005, Rojas ha mostrado su esperanza de que los dos supervivientes salgan adelante y de que esta tragedia tenga el menor impacto posible en la industria aeronáutica sevillana.
En el minuto de silencio ha participado también el representante de la Dirección Nacional de la Federación de Industria de CCOO, Francisco Figueroa, quien ha señalado que las familias y los trabajadores de Airbus en la planta de Sevilla están en estos momentos “desolados” por lo sucedido.
Figueroa ha subrayado que, aunque todavía hay que esperar a conocer el informe de la empresa y lo que desvela el contenido de las cajas del avión, “todo apunta a que ha sido un fallo técnico”, lo cual, a su entender es “bastante inexplicable”, habida cuenta de que el aparato había pasado todas las pruebas sin problemas y no se había detectado ninguna incidencia en los vuelos anteriores.
Preguntado por los periodistas sobre las posibles repercusiones negativas que este accidente puede conllevar para la industria aeronáutica sevillana, el dirigente sindical ha reconocido que “en estos momentos no estamos para pensar en eso”.
“Ahora mismo lo que nos queda es la amarga alegría de que esto no ha sido muchísimo peor”, ha aseverado Figueroa, quien ha asegurado que si no llega a ser por la “sangre fría” del piloto”, que optó finalmente por intentar el aterrizaje forzoso en un sembrado de patatas y no en cualquier polígono o empresa de alrededor del aeropuerto, “hoy podríamos estar hablando de un desastre bastante mayor”.